EUROPA / FRANCIA
El Gobierno francés ha pospuesto el alza de los impuestos a los carburantes para calmar las protestas, que han dejado cuatro muertos y centenares de heridos.
“Después de escuchar esta solicitud, expresada por casi todos los representantes con los que me reuní durante mis consultas en los últimos días, suspendo por un período de seis meses estas medidas fiscales”, las cuales estaba previsto que entraran en vigor el 1 de enero de 2019, ha anunciado este martes el primer ministro de Francia, Édouard Philippe.
Además, ha remarcado que “uno debe ser sordo o ciego” para no ver ni oír el “enojo” de decenas de miles de ciudadanos franceses en contra de las reformas, planeadas por el Ejecutivo del presidente francés, Emmanuel Macron, en diferentes campos.
“Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación”, ha destacado Philippe durante un discurso televisado, para luego indicar que, con el retraso del plan de subida, el Gobierno galo tendrá la oportunidad de comenzar una discusión real sobre los principales temas que se han denunciado en las manifestaciones.
Desde el inicio de las protestas de los llamados “chalecos amarillos” el 17 de noviembre y los movimientos y marchas que a ellos se han unido, se han registrado cuatro muertos —fallecidos en circunstancias accidentales—, centenares de heridos y muchos detenidos, conforme a medios locales.
Para aplacar aún más las manifestaciones, Philippe ha anunciado también que el Gobierno francés abandona temporalmente el aumento de las condiciones de inspección técnica en automóviles y tampoco aumentará la tarifa de la red eléctrica en mayo de 2019, como tenía previsto hacer.
No obstante, ha dejado en claro que el Ejecutivo hará frente con contundencia a cualquier posible continuación de las movilizaciones: “El ministro del Interior utilizará todos los medios a su alcance para mantener el orden” el próximo 8 de diciembre, fecha para la que se ha convocado una nueva jornada de protestas.
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