lunes, 1 de septiembre de 2025

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 “Dr. Balaguer, bájese los pantalones”

Por: Roberto Valenzuela


Comparto esta nota anecdótica y significativa, sin ánimo de ofender al caudillo

reformista ni a sus seguidores. Esto me lo contaron varios reporteros que

acompañaban al Dr. Joaquín Balaguer a todas partes.

Al regresar al poder en 1986, el país estaba en crisis por las malas decisiones

económicas de los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD),

encabezados por Antonio Guzmán y Jorge Blanco.

En ese contexto, Balaguer inició un proceso de reactivación económica

sustentado en la construcción de obras públicas. Durante la inauguración de

una escuela en una comunidad de Santiago, el mandatario tuvo que regresar

con rapidez a la capital para atender una reunión de emergencia con el Fondo

Monetario Internacional (FMI).

El FMI era visto como un mal augurio: sus acuerdos solían arrastrar a los

países a crisis sociales que terminaban por derrocar gobiernos. De hecho, la

administración de Jorge Blanco colapsó tras una revuelta que dejó centenares

de muertos.

Al disponerse a recibir a los representantes del FMI, Balaguer —que sufría

problemas de movilidad en una de sus piernas— estaba siendo asistido por

una de sus colaboradoras. Era una de sus “enanas”, que le aplicaba un masaje

con hojas medicinales para mejorar la circulación en las piernas. En ese

momento, su asistente, Bello Andino, le informó que los representantes del

Fondo llevaban más de dos horas esperando en su despacho.

El presidente salió con premura. En el apuro, el pantalón le quedó a medio

ajustar en una de sus piernas. Al entrar a la oficina, Bello le advirtió con

discreción:

—Doctor Balaguer, bájese los pantalones.

A lo que el mandatario, con ironía, respondió:

—Pero, Bello… ¿y acaso debemos tanto al Fondo que hay que bajarse los

pantalones?

Parece un chiste, pero no lo es, pues refleja la realidad de la época. El FMI

infundía tanto miedo en los gobiernos de la región que el profesor Juan Bosch

lo llamó “la temible Policía Monetaria Internacional”. Sin embargo, Balaguer,

pese a gobernar con limitaciones físicas (estaba ciego), nunca permitió que

ningún organismo internacional avasallara al país. Su política se fundamentó

en la austeridad y en la ejecución de obras sin tomar préstamos

internacionales.

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