Rousseff asegura que no tiene “ninguna intención de renunciar”

SUDAMÉRICA   /   BRASIL

A escasos dos días del inicio de la última fase del juicio político que puede destituirla definitivamente, Rousseff afirmó que no va a ‘tirar la toalla’.

La suspendida mandataria brasileña, Dilma Rousseff, declaró el lunes al canal brasileño SBT que “No tengo ninguna intención de renunciar. No les daré ese regalo a mis adversarios”. Y añadió que está siendo víctima de un juicio fraudulento porque muchos senadores quieren detener la investigación del Lava Jato, como se le conoce al caso de corrupción en la estatal Petrobras.

Rousseff, que asumirá personalmente su defensa en el juicio ante el Senado, indicó que el proceso de 'impeachment' es un golpe contra la democracia, apuntando que sus predecesores también se comprometieron al llamado impuesto de pedaleo. "O es un crimen para todos o para nadie", enfatizó.

En ese sentido, Rousseff, que fue suspendida de sus funciones desde el pasado 12 de mayo, aseguró que Michel Temer, quien era su vicepresidente y hoy quiere ocupar su lugar definitivamente, no solo la ha traicionado a ella, sino también a los votantes: “Temer no fue elegido para hacer lo que está haciendo. Fue elegido con mi programa de gobierno”, subrayó.

Además, reafirmó que en cuanto a los escándalos de corrupción no tiene ningún tipo de responsabilidad. "No tenemos ninguna responsabilidad si un empleado de Petrobras decidió ser corrupto", alegó. Hizo referencia también al expresidenteLula da Silva diciendo que

cualquier detención hacia él sería “imprudente”.

Desde que Temer asumió la jefatura de Estado, de forma provisional, su mandato ha estado marcado por políticas de privatizaciones y recortes, algo que aumenta el descontento popular. La última fase del juicio comenzará el jueves 25 y se extenderá por cuatro o cinco días.

Para no ser destituida, y regresar al poder Rousseff necesita que la moción en su contra reciba menos de dos tercios (54) de los votos del total de los senadores para conservar el cargo. Con todo, Rousseff sigue jugando sus cartas y se comprometió a que, en caso de ser absuelta y recuperar el poder, promoverá la celebración de un plebiscito para consultar sobre un eventual adelanto de las elecciones presidenciales previstas para 2018.