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La oposición venezolana ha usado la Asamblea Nacional para impulsar acciones desestabilizadoras y para promover el caos con el objetivo de lograr un golpe de Estado parlamentario contra el presidente Nicolás Maduro.
Desde la instalación de la nueva Asamblea Nacional de Venezuela el 5 de enero del 2016, el Parlamento venezolano dominado por la oposición a al presidente Nicolás Maduro han llevado a cabo un agenda para provocar la salida del mandatario venezolano.
A través del empleo de estrategias propias del “golpe suave” de acciones y ataques fomentados desde el extranjero, y que se basan en el boicot la manipulación informativa, la movilización y la infiltración de gente violenta en manifestaciones, entre otras, la derecha venezolana logró alcanzar el poder legislativo.
A casi 11 meses de su instalación no hay ninguna muestra de que la derecha venezolana esté utilizando el poder político para mejorar la situación económica del país.
Plan desestabilizador impulsado por la derecha
Cuando Henrique Capriles y Nicolás Maduro se enfrentaron en las elecciones presidenciales el 14 de abril de 2013, Maduro obtuvo la victoria por más del 50 por ciento.
Capriles no reconoció los resultados y acusó al pueblo y a la institución rectora de fraude, a pesar de que el Tribunal Supremo de Justicia del país, reconociera y diera por hecho la decisión del pueblo.
A partir de ese momento, se inició una secuencia de ataques a la gestión de Maduro y a la estabilidad del país.
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