El sumo pontífice mientras saludaba a los ciudadanos sufrió una cortadura en la ceja y una inflamación en el pómulo izquierdo después de un frenazo del papamóvil que lo transportaba por el referido barrio de la caribeña ciudad de Cartagena.
El papa, por su parte, restó importancia al incidente: “Me di una puñada, estoy bien”, dijo el pontífice a los periodistas al salir de la casa de la ‘matrona’ Lorenza.
En la casa de Lorenza le aplicaron hielo en las dos heridas y le lavaron la esclavina, que se veía aún húmeda al momento de abandonar la vivienda, de donde salió sonriente y con una pequeña cura blanca en la ceja izquierda.
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