Los medios locales han calificado la manifestación antigubernamental como una de las más grandes en 22 meses de guerra.
Miles de manifestantes israelíes salieron a las calles de Tel Aviv, Jerusalén y otras ciudades la noche del sábado para oponerse al plan del primer ministro Benjamin Netanyahu de tomar la ciudad de Gaza. Se trata de una de las mayores protestas jamás vistas contra la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque de militantes de Hamás contra Israel en octubre de 2023.
Las manifestaciones que exigen un alto el fuego inmediato han atraído a más de 100.000 manifestantes y fueron organizadas por las familias de los cautivos retenidos por Hamás. Temen que la toma de control de la ciudad de Gaza pueda extender la guerra y provocar la muerte de más soldados y rehenes.
Los familiares de los cautivos y de los soldados caídos planean llamar a empresas privadas, organizaciones, sindicatos y ciudadanos comunes a participar en una huelga general nacional.
El gabinete de seguridad de Netanyahu aprobó el viernes un plan para "concluir la guerra" con Hamás en Gaza. El gobierno desoyó las advertencias del ejército de que dicha operación pondría en riesgo la vida de los rehenes restantes, además de provocar un desastre humanitario.
El gabinete aprobó cinco principios para poner fin a la guerra, incluido el desarme de Hamas, el regreso de todos los rehenes y la desmilitarización de Gaza.
Poco antes de la reunión del gabinete, Netanyahu dijo que Israel tenía la intención de entregar Gaza a “fuerzas árabes no especificadas que la gobernarán adecuadamente”.
El plan ha suscitado críticas generalizadas tanto en el país como en el extranjero, incluyendo por parte de la oposición y algunos de los aliados más cercanos de Israel. Varios países occidentales, salvo Estados Unidos, han condenado la decisión de tomar la ciudad de Gaza e instado a Israel a reconsiderar su decisión.
Los ultraderechistas israelíes partidarios de continuar la guerra, incluido el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, han pedido la anexión de grandes partes de Gaza.
Unas 1.200 personas, en su mayoría israelíes, murieron y 251 fueron secuestradas y llevadas a Gaza durante el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Aproximadamente 50 rehenes siguen desaparecidos en el enclave y se cree que solo unos 20 de ellos siguen con vida.
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